“Aquel que fue explotado y pierde la memoria de haberlo sido, acabará explotando a otro”

Las migraciones no son algo nuevo para Almería. Nuestra historia está hecha de idas y venidas.

Fuimos el “Puerto de Al-andalus”, una de las ciudades más importantes de la España musulmana. Y después, una tierra devastada y que llegó a quedarse casi deshabitada.

En el Siglo XIX el auge de la minería deparó una prosperidad que atrajo a miles de personas de todas partes. Solo medio siglo después volvíamos a ser una provincia incapaz de dar trabajo a sus habitantes.

Hoy estamos viviendo una nueva etapa de prosperidad. Recibimos a miles de personas que están viviendo la misma desgarradora experiencia que sufrieron nuestros padres, tíos y abuelos hace apenas unas décadas. A ellos les hubiese gustado encontrar una tierra de acogida que les reconociese como ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones que los demás. Todo habría sido mucho más fácil para ellos si se hubiesen encontrado con conciudadanos que los acogían mirándoles a los ojos, tratándolos como a iguales y respetando sus diferencias. Se hubiesen sentido mejor, si la sociedad para la que trabajaban les hubiese reconocido abiertamente su contribución y agradecido la riqueza que su sudor generaba.

Desgraciadamente, nuestros emigrantes no se encontraron casi nunca con esa sociedad y esos conciudadanos que a todos nos hubiesen gustado.

¿Por qué no intentamos ser nosotros esa tierra de acogida que queríamos para ellos?

Ahora tenemos la oportunidad.

Nadie mejor que nosotros puede ponerse en la piel de nuestros inmigrantes. La memoria no nos puede fallar.

~ por fsalmeria en marzo 27, 2008.